God only knows


PARTITURAS

GOD PIANO

GOD COROS               GOD CUERDAS + FLAUTA TRAVESERA

GOD CUERDAS   GOD TEMPLE BLOCK    GOD SAXO ALTO + CLARINETE EN SI BEMOL

GOD SAXO + CAJA    GOD PARTITURA ORQUESTAL

Coros en MP3:

  1. Todos.
  2. Soprano 1
  3. Soprano 2
  4.  Alto.
  5. Cuarta voz en Coda.

 

Brian Wilson ya era un genio del pop antes de que se publicara Pet Sounds. Lo que ocurre es que, hasta entonces, nadie sabía hasta qué punto lo era. Su grupo, The Beach Boys, se había convertido en el referente de la música surf que arrasaba en California: vibrante, alegre y despreocupada. En sus canciones habitaban chicas rubias que se paseaban por la playa bajo un sol eternamente adolescente. La vida era hermosa y superficial como la cresta de una ola. Toda América, decían, remontaba esa ola de felicidad permanente.

Claro que la realidad se parece muy poco a las letras de las canciones. En el colmo de la ironía, sólo un miembro de los Beach Boys sabía cómo subirse a una tabla de surf. El resto interpretaba un papel que proporcionaba buenos dividendos y, seguro, muchos ratos de diversión y  melodías afortunadas.

Brian, sin embargo, escondía algo más en su interior. Así que, mientras sus compañeros se embarcaban en la enésima gira, él se metió en el estudio para grabar un disco que todavía hoy sigue descubriéndonos nuevas facetas, un disco mágico que compuso y arregló el sólo, contando para su ejecución con la inestimable ayuda de los mejores profesionales de la época. Cuerdas, vientos, timbales, percusiones varias, clavecines… Todo cabe en este disco fascinante, que a su riqueza tímbrica añade otras virtudes: un uso original de la armonía, una inspiración melódica apabullante, técnicas de producción adelantadas a su tiempo, coherencia temática, coros casi milagrosos, infinidad de matices que parecen no agotarse nunca.

Sin embargo, sus compañeros de grupo ofrecieron cierta resistencia cuando, a su regreso de la gira, les presentó su nueva creación. La encontraban triste y depresiva. Las chicas de portada habían desaparecido, el mar estaba tan en calma como un animal muerto y el sol asomaba tímidamente entre las nubes. Tardaron en darse cuenta de que Brian era sólo un chico de veintitrés años que quería hablar de otras cosas. Un músico nato que intentaba escapar de las falsas apariencias para exponer su verdad.

Ya nada era tan alegre como antes, desde luego. Pero, a cambio, era un millón de veces más cierto.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s